Una vez en Phillips… un pequeño pueblo de Wisconsin, vivía la familia Wilson, una de las más poderosas y adineradas de todo el estado, por no decir que la más adinerada de todas.
Muchos rumores rondaban por las calles del pequeño pueblo de Phillips, la familia estaba constituida por:
La Madre: Stephanie (era alta y rubia, con su cabello suelto y dorado hasta cintura, tenía una apariencia muy ostentosa, cubierta de joyas y perlas, hablaba con cierta arrogancia, su edad no se decía, pero según las mujeres del pueblo tenía 45 años y muy bien llevados).
El Padre: Edward (un poco obeso, ostentaba arrogancia, en cualquier momento en el que actuaba, era empresario, dueño de fabricas de New York, era un hombre con muchos conocimientos, seguro de sí mismo, no le gustaba hablar con la gente del pueblo, sentía que lo intimidaban, y que eran vulgares, tendría 50 años).
Su única hija: Sarah (su pelo rojizo y ondulado sus infinitas pecas, eran lo que más resaltaban de ella, llena de dulzura y carisma, una chica sociable, y humilde, a diferencia de su familia. Tenía muchas amigas en el pueblo, le gustaba hablar con la gente, tendría 15 años, asistía a la secundaria del pueblo School District Of Phillips, era muy popular y agradable). Las malas lenguas del pueblo decían que no era hija de esa familia.
Había detalles de esta familia que no encajaban, como el trabajo de Edward, dueño de fábricas y empresas de New York, propietarios de grandes bienes en California, y mansiones en Nashville; ¿Cómo había terminado en un pueblo como este?
¿Dónde estaba el resto de la familia?, ¿Por qué tanto temor en hablar con la gente del pueblo?.
3 de Mayo de 2010, fue el día en el que el pueblo, entro en pánico, desde ese día ningún habitante de Phillips, dormía con los ojos cerrados, el pueblo se convirtió, en miedo. Fue ese día, en el que todos cambiaron sus rutinas, en el que todos comenzaron a sospechar de todos, en el que nadie se podía cruzar las miradas con nadie, y cuando la familia Wilson, tomo protagonismo en el Pueblo.
El día 2 de Mayo, se realizo una fiesta, estaba todo el pueblo, excepto Stephanie y su esposo Edward que nunca concurrían a las fiestas tradicionales, pero si su hija Sarah.
Todos bailaban y cantaban al compas de la música que sonaba en los viejos estéreos, la voz de Tim Mcgraw, un viejo cantante Country, hacia que todos estén alegres y felices, por un tiempo.
Era de medianoche, y la gente comenzaba a irse a su casa, donde se había realizado la fiesta, la vieja caverna de Oliver, la hija de Edward y tres vecinos mas, se ofrecieron a limpiar el desastre.
A las 2 am, la amiga de Sarah, Alice, volvió sola a su casa, todo parecía estar bien, la gente conforme, ya dormía confortable en sus camas.
Al otro día, empezó todo, resulta que el comisario Bob, encontró a Alice, muerta en un bosque del pueblo, parecía que la habían estrangulado y golpeado, era un pueblo muy pequeño los chismes corrían tan rápido como el cauce del Rio.
Pistas, eran lo único que buscaban, encontraron un papel en su bolso, que decía:
No corras muy rápido, esta noche, espero encontrarte.
Las huellas, habían sido borradas, no había testigos, solo esa nota, con ella un perfume, parecía francés, dijo el comisario.
Al otro día, Rose, una anciana de 75 años que vive cerca del bosque, le comento al pueblo entero que ella había visto a Edward, caminando solo por el bosque con una actitud muy sospechosa. Apenas le comento al policía del pueblo, Edward paso a ser el principal sospechoso, aunque no lo podían detener, ya que no tenían pruebas suficientes.
A partir de ese día, la vida de Sarah fue mucho más difícil de lo que pensó, sus amigos no la llamaron mas, la gente le gritaba en la calle, que su padre era un asesino, la gente le daba la espalda. Y su mejor amiga, Alice, había sido asesinada, y lo peor era que el sospechoso era su padre.
El pueblo juro no descansar, hasta que el asesino, este preso, y se cumpla la justicia por Alice.
Pero el 10 de Mayo, hubo otro crimen, el panadero Anthony, había aparecido sin vida, junto a su esposa Marie. Los dos habían sido estrangulados y golpeados, igual que en el caso anterior.
Por casualidad, Edward, había estado de viaje en New York, o eso es lo que dijo.
Sarah, no podría imaginarse, que su padre, fuera capaz de hacer algo así.
Ella decidió, que su padre, tenía que dejar de ser tratado como asesino y humillado ante todo el pueblo, entonces es cuando tuvo la idea, de ser una especie de detective.
Su plan era: encontrar la carta, comprobar que la letra de esa carta no fuera la de su padre. ¿Pero como sacaría la carta?, ¿Se la robaría al comisario?
Esa tarde de otoño, fue cuando decidió arriesgarse por su padre, fue a la comisaria, llorando y haciendo una escena, diciendo que su padre no era el asesino, fingió un desmayo, el comisario salió corriendo en busca de ayuda, ya que el teléfono de la comisaria hacía años que no funcionaba. Sarah sabía, que su única oportunidad eran esos diez minutos que tenía de buscar la carta, en el escritorio del comisario, estaba el expediente, por supuesto, tendría que estar la carta, pero no estaba. Busco en todos los cajones que pudo, ya que llego el comisario y ella tuvo que fingir que se estaba agarrando del mueble para levantarse.
Algo le pareció muy raro, como podía ser que la carta no esté en la comisaria, y que el comisario no había aparecido en la fiesta, ¿Qué hacia el comisario en el bosque del pueblo?, ¿Por qué la carta no estaba donde está el expediente?
Llego a su casa apurada, su madre le pregunto enseguida:
- Sarah, te noto un poco extraña, en este último tiempo, con tu padre tuvimos problemas, pero no queremos que te perjudiquen a vos, ¿qué pasa que llegas tan tarde? Esta no es hora de llegar, ¿tenes algo para contarme?
- No, madre, para nada, es que estuve en la casa de unas compañeras terminando una tarea.
- Bueno, hija, Clarisse ya sirvió la cena, si queres pedile que te cocine algo, Buenas Noches.
- Buenas Noches.
Sarah subió corriendo las escaleras, no podía parar de pensar, las preguntas no paraban de aparecer en su cabeza, ella estaba segura que no había nadie, ni ningún abogado, mejor que ella.
Empezó a hacer una lista, de la gente que no había ido, en esa lista estaban:
Abigail, la amiga de su madre, que había estado en su casa.
El comisario Bob, que se encontraba cuidando los negocios.
Y su padre, aunque para ella no figuraba en su lista.
Igual ella no tomaba con mucha importancia, ya que Alice se fue cuando la fiesta había acabado, podría haber sido cualquiera.
O con el panadero, ¿Cómo nadie había visto nada?
Un mes más tarde:
El caso seguía abierto, para Sarah los mismos sospechosos, el pueblo furioso en contra de su padre ¿Qué más le podía pasar a Sarah?
Sarah fue al almacén del pueblo a comprar un par de cosas para la casa, ya que sus padres, no podían salir de su casa, por los vecinos, que les hacían la vida imposible.
En el almacén, encontró al comisario hablando con la amiga de su madre, la señora Abigail, que extraño pensó.
Como todo lo que escuchara, o lo que le pareciera sospechoso, tendría que investigar, se escondió atrás de unas góndolas y escucho la conversación:
Le repito señora: Si usted no está de acuerdo en formar parte de esto, es mejor que se retire.
Pero pero, no es justo, piensa en ellos.
De repente el comisario, se voltea y la mira fijo a Sarah:
-¿Qué haces tú aquí?
-Nada venia a buscar un par de cosas.
-Pensé que estabas escuchando como un detective
- No soy de ese tipo, solo compraba un par de cosas, Hola Abi!
-Hola pequeña, ¿Cómo está tu madre?
- Mal, pero acostumbrada, tratando de que esta pesadilla pase.
- Avísale que hoy a la tarde voy a pasar por su casa, hace mucho que no la veo.
-Bueno, yo le aviso.
- Pequeña, la señora y yo teníamos una conversación, me permites seguir conversando con ella?
-Por supuesto, Adiós Abi!
-Adiós!
Sarah, se quedo pensando, que era eso que Abigail sabia y no pareciera que quisiera olvidar, ¿porque era tan importante? ¿Y qué era eso de lo que formaban parte?
Sarah estaba segura de una cosa, su padre no había sido el culpable, es mas su padre, quería comprar todos los negocios del pueblo y poner una fabrica, ¿Por qué haría eso?
Sarah también estaba segura una cosa más, el comisario tenía que ver en ese crimen. Por eso decidió volver a la comisaria.
Cuando llego a la comisaria, no había nadie, solamente una secretaria, que no logro ver a Sarah cuando entraba a la oficina del comisario.
Encontró una nota en uno de los cajones que decía: O estas con nosotros, o no lo estas, esa era la única manera de evitarlo, la nota que estaba dirigida a Abigail.
Sarah cada vez tenía las cosas más en claro, Abigail formaba parte de algo y no quería hacerlo más, el comisario era el que actuaba en ese algo.
Siguió buscando, en el expediente del panadero, el sospechoso era su padre, pero porque? Si él estaba en New York, y en el otro expediente también, de repente se abrió la puerta.
Sarah, dio un suspiro.
Era Abigail, con los ojos llorosos, y con desesperación en su rostro.
Sarah, se que con esto que te voy a decir es probable que no me perdones en toda tu vida, y lo tengo merecido, igual que tu madre, yo nunca quise participar en esto, lo quise hacer para evitar la ruina del pueblo.
¡¡¡Abigail!!! Contame lo que me tengas que decir.
Sarah sé que es difícil de creer, y que por esto, la gran amistad que tenia con tu madre la voy a perder, pero sos la única que me puede ayudar.
Cuando el pueblo se entero, que tu padre iba a comprar todos los negocios del pueblo, el pueblo lo empezó a odiar, el trabajo de años, iba a ser arruinado, y llevaría a la pobreza del pueblo, la única manera de que tu padre no empiece a construir en este pueblo, fue culparlo de un crimen.
El comisario del pueblo fue el que mando a asesinar a Alice y al panadero, todo encajaba de acuerdo a tu padre, yo me iba a quedar con tu madre, para que no saliera, ya que si tus padres, estaban en la fiesta, no serian culpables.
Entro el comisario, empujo a Abigail contra el vidrio, y le dijo:
¡¡Quien te crees que sos!! Sos una estúpida una tarada!! Arruinaste todo!! Mientras la golpeaba
¡¡Quien te crees que sos!! Sos una estúpida una tarada!! Arruinaste todo!! Mientras la golpeaba
Sarah, salió corriendo en busca de ayuda, pero se dio cuenta que nadie la ayudaba, todos eran parte de eso, nadie la iba ayudar.
Corrió y atravesó al bosque, hasta que se dio cuenta que el comisario la estaba persiguiendo.
Entro a su casa, exhausta, corrió en busca de su madre, pero su madre no estaba y su padre tampoco, Clarisse le dijo:
Querida, es un poco tarde, tus padres ya se fueron.
Adonde? Ellos no se hubieran ido sin mi.
Ellos no se fueron solos, se fueron acompañados y no creo que vuelvan…
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